El problema de los precios de los agricultores valencianos no se va a solucionar obligando aplicar el tratamientos de frío de las naranjas
En primer lugar, decir que es una medida que obliga a dar el tratamiento a las naranjas que se importaran de Sudáfrica, no es que no se puedan importar. Esta decisión de la UE, que nos venden como un éxito, sí evitará traer plagas, pero no evitará importar naranjas desde 13.000 km de distancia más baratas que destruyen la economía y el planeta, y mientras tanto se pudren en el árbol las naranjas valencianas que tenemos a unos metros o a pocos Kilómetros de casa.
El problema de los precios de los agricultores valencianos no se va a solucionar obligando aplicar el tratamientos de frío de las naranjas, que ahora explicaremos, ya que en unos meses las compañías europeas se dotaran de las cámaras necesarias en los países de origen para salvar la restricción.
Hay que pensar que las compañías que importan las naranjas de Sudáfrica son europeas incluso con capital español y no les resultará costoso, ni en tiempo, ni en dinero dotarse de las instalaciones adecuadas en los países de origen para seguir trayéndolas de Sudáfrica.
Por dar un dato, el tratamiento en frío para la exportación con EEUU consiste en Mandarinas y naranjas : 1.1ºC 14 días, 1.6ºC 16 días, 2.2ºC 18 días
El de Japón es muy similar por el que de Sudáfrica no dista mucho.
Entonces la pregunta es ¿es un éxito para los agricultores valencianos la obligación del tratamiento?, sí pero un éxito efímero.
Hablemos de soluciones, el mercado no se va arreglar por si solo y la citricultura valenciana no tiene remedio desde la óptica neoliberal y la libertad de mercado a ultranza.
La solución pasa por que el gobierno se crea de una vez, que la producción agrícola es un sector estratégico para un país y por ello debe estar regulado. Hay que garantizar con una ley de precios, el precio mínimo del producto, en el campo, y que no se permita pagar por debajo de el mismo y luego un mercado regulado que no permita importar productos mientras en los campos europeos, como es el caso de la naranja valenciana, tengamos existencias de ese producto agrícola. Esto se debe de hacer, por autonomía alimentaria, por economía y por el medio ambiente, no se debe de comercializar una naranja traída desde 13.000km solo por el beneficio económico de unas empresas transnacionales.
Hay que tener en cuenta, que el abandono del territorio agrícola en Europa, como está ocurriendo en el País Valenciano, trae consecuencias de todo tipo y que un país no puede dejar de gestionar y abandonar su territorio. Por lo tanto, mientras no se regule el precio de la naranja con un precio mínimo fijado por ley y no se permita la importación de fruta mientras hayan existencias en el campo español, la agricultura española y valenciana no tiene futuro por mucho tratamiento en frio. Sí, la solución intervenir mercado, ahora llámenos Bolivarianos, comunistas o como les plazca.
Erik Segarra, 2º teniente de Alcalde del ayuntamiento de Xilxes y exconcejal de agricultura.