Las festividades en Xilxes llegaron a su conclusión con un sabor agridulce, marcadas por una serie de problemas y descontento entre los vecinos con Joaquín Manzano, quien había prometido un cambio significativo en las fiestas en colaboración con Velasco, el descontento mayor ha sido entre los jóvenes.

Las festividades, que se llevaron a cabo durante varios días en pleno mes de agosto, no lograron atraer ni a los jóvenes ni a los mayores, dejando a ambos grupos insatisfechos, además las quejas de algunos vecinos de la calle trafalgar por que consideran que no es lugar mas adecuado para las orquestas y cenas.

Desde el domingo hasta el jueves, los jóvenes se percataron de la falta de innovación en las actividades programadas.Se notó una carencia de opciones atractivas para este grupo demográfico durante gran parte de las festividades.

Por otro lado, la presencia de Joaquín Manzano no logró cambiar esta dinámica. A pesar de su intento de revitalizar las festividades en colaboración con Velasco, el resultado fue decepcionante.

Uno de los aspectos más notorios del fracaso de las festividades fue la baja afluencia en la playa, lo que se reflejó en la ausencia de autos en los estacionamientos tanto por las mañanas como por las noches. Hacia el final de la semana, en un intento por compensar las deficiencias, se implementó una medida controvertida: una discomóvil sin hora de finalización.

Sin embargo, esta decisión populista generó críticas ya que impidió que muchas personas descansaran hasta altas horas de la madrugada.

La falta de capacidad de organización y de innovación fue uno de los principales factores que contribuyeron al descontento generalizado en estas festividades.

La ausencia de análisis para asegurar que las actividades fueran atractivas para todas las edades resultó evidente. No obstante, organizar unas festividades que atraigan a diversos públicos no es tarea sencilla.

En el pasado, Ximo Manzano logró convencer a muchos jóvenes para que apoyaran al Partido Popular a través de una fuerte oposición y politización de las fiestas, lo cual condujo a divisiones en el pueblo durante las festividades del Cristo del año anterior.

Desde el inicio de las festividades, se presentaron polémicas en torno a la asignación arbitraria de plazas de estacionamiento gratuitas para los miembros de una calle en particular. 

En resumen, las festividades en Xilxes concluyeron con una serie de desafíos y problemas. La falta de innovación, la poca planificación para atraer a distintos públicos y la polémica en torno a ciertas decisiones, contribuyeron a un ambiente de insatisfacción entre los residentes.

Las festividades que debían unir a la comunidad parecen haber tenido el efecto contrario, dejando espacio para la reflexión y la mejora en futuras ediciones.

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