La Escuela de Verano en Chilches ha cerrado el mes de julio, con un notable ascenso de solicitudes de baja de alumnos inscritos para agosto. Estas bajas se atribuyen principalmente a la creciente preocupación de los padres sobre la seguridad en las instalaciones.
Uno de los aspectos más críticos señalados es el cercado perimetral del recinto, que mide solo 80 cm de altura. Esta medida está muy por debajo de la normativa establecida por la Generalitat Valenciana (GVA) para los centros escolares, que exige un vallado de al menos 2 metros de altura, con 1 metro ciego y 1 metro de valla, esta normativa resultaria muy adecuada también para una escuela de verano que la edad de los niños es como en un ceip. Esta normativa busca garantizar la seguridad de los niños, salidas y prevenir atrapamientos, algo que el vallado actual no puede asegurar.
Además de la preocupación por el vallado, la falta de sombra en las áreas de recreo es otro punto de crítica. La falta de adecuadas zonas sombreadas pone en riesgo la salud de los niños durante las actividades al aire libre, especialmente en los calurosos meses de verano.
Otro problema es que el vallado existente no impide el acceso al recinto fuera del horario de la escuela de verano, lo que plantea riesgos adicionales de seguridad.
La combinación de estos factores ha llevado a muchos padres a retirar a sus hijos del programa para el mes de agosto, buscando opciones más seguras y adecuadas para el bienestar de sus hijos. Las autoridades locales están siendo instadas a tomar medidas urgentes para cumplir con la normativa y garantizar la seguridad de todos los niños que asisten a la escuela de verano.