
El alcalde que pasara a la historia por sembrar la discordia y dividir a los Xilxeros
La conmemoración del IV Centenario del Cristo en Xilxes, que debería haberse erigido como un símbolo de unión y orgullo para la localidad, ha quedado empañada por decisiones controvertidas que han generado división y malestar entre los vecinos. El alcalde Ismael Minguet se encuentra en el centro de la tormenta, enfrentando críticas por una serie de medidas que han suscitado un amplio debate.
Entre los puntos más polémicos destaca la decisión de ocultar la fuente de la unión, un emblema histórico que simboliza la fraternidad de los xilxeros y que, además, es uno de los pocos monumentos civiles que integran el patrimonio local. Esta acción ha sido interpretada por muchos como un gesto que ignora el valor simbólico y emocional que dicho monumento representa para el pueblo.
Otra decisión que ha encendido los ánimos ha sido la invitación al político Carlos Mazón, QUE ACUDIRA ESTA SABADO 18 ENERO A XILXES, cuya figura genera rechazo en gran parte de la población debido a su gestión de la DANA que afectó al Pais Valencia, dejando un saldo trágico de 223 muertos. Para muchos, su presencia en un evento tan significativo resultó no solo inoportuna, sino insensible ante el dolor aún latente en la comunidad.
A estos desaciertos se suma la elección de un recinto considerado poco seguro para la realización de los actos taurinos, una tradición profundamente arraigada en la localidad. En apenas una hora, se registraron numerosos accidentes que reavivaron el debate sobre la seguridad y la planificación de este tipo de eventos. Vecinos y aficionados expresaron su preocupación por la falta de previsión y la aparente prioridad de la improvisación sobre la seguridad.
Estos episodios han dejado una huella imborrable en el recuerdo de una celebración que, lejos de unir, ha profundizado las tensiones en Xilxes. Lo que debía ser un homenaje a la historia y la identidad del pueblo, terminó por convertirse en un reflejo de las fracturas internas y las críticas hacia la gestión municipal.
Mientras el debate continúa, una pregunta queda en el aire: ¿qué se recordará más de este IV Centenario, la celebración o las controversias que lo rodearon? Lo que es seguro es que la figura de Ismael Minguet quedará inevitablemente asociada a este capítulo de la historia de Xilxes para mal.