LA VEU DEL POBLE

Informació de Xilxes

 

Han pasado dos décadas desde que el Ayuntamiento de Xilxes aprobó el Plan de Actuación Integrada (PAI), un ambicioso proyecto urbanístico impulsado por el Partido Popular que prometía transformar el término municipal con nuevas urbanizaciones, infraestructuras y oportunidades económicas. Sin embargo, el tiempo ha demostrado que aquel plan no fue más que un espejismo de prosperidad. La construcción nunca se materializó y, en su lugar, el municipio quedó marcado por tierras baldías, promesas incumplidas y un paisaje de abandono que aún persiste.

Un proyecto basado en la especulación

A principios de los 2000, Xilxes, al igual que muchos otros municipios de la Comunidad Valenciana, se subió a la ola del boom inmobiliario con la esperanza de atraer inversión y crecimiento. El PAI preveía la recalificación de grandes extensiones de suelo rústico para construir miles de viviendas, aprovechando el tirón de la segunda residencia y la cercanía a la costa.

Sin embargo, el modelo de gestión urbanística aplicado se basó en la especulación: recalificación de terrenos sin garantías reales de construcción, promotores con solvencia dudosa y una falta de planificación a largo plazo. Cuando estalló la burbuja inmobiliaria en 2008, el proyecto quedó paralizado, dejando tras de sí un reguero de tierras abandonadas y propietarios atrapados en una maraña burocrática y económica.

Un paisaje desolado

Hoy, veinte años después de su aprobación, el término municipal de Xilxes aún arrastra las consecuencias de aquella apuesta fallida. Los terrenos donde se proyectaban modernas urbanizaciones son ahora campos yermos, llenos de maleza y sin un uso definido. La ausencia de inversión ha derivado en un problema medioambiental y social, con zonas degradadas que afectan al paisaje y limitan el desarrollo del municipio.

Además, el fracaso del PAI ha supuesto un freno para Xilxes, que no ha logrado aprovechar su potencial turístico y residencial. Mientras otras localidades vecinas han apostado por modelos de crecimiento más sostenibles, Xilxes sigue atrapado en un limbo de expectativas frustradas y gestiones inconclusas.

Reflexión y futuro

El caso de Xilxes es un reflejo del impacto de la especulación urbanística en España y de los riesgos de una planificación sin bases sólidas. La necesidad de políticas urbanísticas responsables y sostenibles es más evidente que nunca, y la pregunta que queda en el aire es: ¿qué hacer con estas tierras abandonadas?

El reto para Xilxes en los próximos años será recuperar estos espacios y darles un uso que beneficie a la comunidad, ya sea mediante la reactivación agrícola, proyectos de energías renovables o iniciativas de turismo sostenible. Lo que está claro es que, veinte años después, la historia del PAI fallido sigue pesando sobre el municipio, y es hora de encontrar una solución definitiva al legado del abandono.

Esquerra Unida ve un grave peligro para el País Valencia en la figura del conseller de medio Ambiente y territorio

En opinión de Esquerra Unida Xilxes, uno de los impulsores de la situación y además con un papel activo, que no hizo por cobrar el aval de 11 millones de euros que debería de haber pagado el promotor, fue Vicente Martínez Mus, el conseller actual de Território y medio ambiente, por lo que esta en peligro toda la Comunidad Valenciana que como hemos visto el conseller impulsa de nuevo las políticas de construcción sin mesura para la especulación inmobiliaria como la que destrozo Xilxes.

 

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