Artículo de opinión Fernando Martínez Mendieta
El Ayuntamiento de la Vall d’Uixó ha decidido privatizar la residencia de mayores. Entrega 2 millones de euros a un fondo de inversión, destruye un servicio público esencial y debilita los pilares del Estado del Bienestar.
Es una victoria pírrica: se gana una batalla administrativa, pero se pierde lo más importante —el valor de lo público, el derecho a una atención digna y la seguridad de nuestros mayores—. Porque cuando se gestiona desde el negocio, el cuidado se convierte en mercancía.
La nueva residencia se proyecta en una zona inundable, según el PATRICOVA, lo que agrava aún más la irresponsabilidad. En 2024, seis personas mayores murieron ahogadas en Paiporta durante una DANA, en una residencia gestionada por una empresa privada. ¿Estamos dispuestos a repetir aquel error trágico?
Decía Miguel de Unamuno: “Venceréis, pero no convenceréis”. Lo dijo frente a quienes imponían la fuerza sobre la razón, la obediencia sobre la conciencia.
Hoy esa frase resuena con fuerza. Porque podrán imponer esta privatización, pero no lograrán convencernos de que renunciar a lo común sea el camino.
Porque no hay victoria cuando lo que se pierde es el alma de lo que nos une como sociedad.