En 1937, la Italia de Mussolinni invadió Abisinia. Como signo de victoria uno de los principales monumentos del país, el obelisco de Aksum, sería desmontado y trasladado a la ciudad eterna, en donde serviría de fondo de la celebración del 15º aniversario de la marcha de los camisas negras. Cinco años tenía Abebe Bikila, hijo de un pastor etíope cuando el ejército italiano invadió su país. Con 28, Abebe, todo un desconocido, deslumbró al mundo venciendo en la maratón olímpica celebrada en Roma, batiendo el record del mundo y todo ello descalzo. El recorrido de la prueba, que finalizó de noche, incluía el paso junto a los principales monumentos de la capital italiana, entre ellos precisamente, el obelisco de Aksum, testigo mudo pero mágico de un momento irrepetible. Italia tardaría todavía otros 50 años en resarcir el expolio fascista devolviendo el obelisco a Etiopia, algo que nunca vería Bikila, fallecido en 1973.

fCompartir Facebook

Tweet

Whatsapp